Climáticamente, una cadena montañosa se destaca de los paisajes periféricos por menores temperaturas y mayores precipitaciones. Las lluvias regulares durante todo el año dan forma al carácter de cordillera baja de la Selva Negra. Sin embargo, la disminución de la temperatura y el aumento de la precipitación no ocurren de manera uniforme al aumentar la altitud. Se puede observar un aumento desproporcionadamente fuerte en la precipitación incluso en altitudes más bajas y en el lado oeste con altos niveles de precipitación.
Cantidades de lluvia y nieve

Temperaturas y duración del sol
Desde el punto de vista térmico, las zonas más altas de la Selva Negra se caracterizan por fluctuaciones anuales relativamente bajas y valores extremos amortiguados. Las razones son los frecuentes vientos ligeros y las fuertes nubes en verano. En los meses de invierno, las condiciones climáticas de alta presión más frecuentes en las cimas provocan sol, mientras los valles desaparecen en lagos de aire frío bajo un espeso manto de niebla (situación climática de inversión).